La fatiga es una sensación que se describe como falta de motivación, también como la necesidad de hacer reposo debido a la falta de energía. La fatiga puede ser ocasionada por una causa física, mental o por ambas. Es un síntoma que, por lo general, tiene una causa subyacente.

La debilidad y la fatiga son términos que tienden a crear confusión por lo que es necesario aclarar sus diferencias:

La debilidad es la falta de fuerza física o muscular y la sensación de que es necesario hacer un esfuerzo adicional para mover el cuerpo.

La fatiga no es igual a la somnolencia, aunque el deseo de dormir suele acompañarla.

Cerca del 20% de los estadounidenses dicen haber tenido fatiga intensa. Las causas físicas representan entre el 20% y el 60% de su origen, mientras que las causas emocionales o mentales terminan de completar los porcentajes.

La fatiga puede ser el síntoma de una enfermedad específica o puede presentarse en personas sanas como una respuesta normal al esfuerzo físico y mental, la que es considerada fatiga crónica. Por lo general, esto ocurre cuando una persona experimenta un esfuerzo físico o mental muy grande y de forma prolongada.
El síndrome de fatiga crónica es una causa poco frecuente de la fatiga persistente. Ce caracteriza por ser un cansancio intenso y continuo que no se alivia con el descanso y no es causado directamente por otras enfermedades. Ocurre con mayor frecuencia en mujeres de 30 a 50 años.
La fatiga que dura más de 2 semanas, por lo general, requiere de la visita a un médico. Este tipo de fatiga puede ser causada por un problema de salud más grave.

Factores de riesgo

  • Edad
  • Enfermedad previa
  • Estrés
  • Genética
  • Factores ambientales

Causas de la fatiga

  • Enfermedades metabólicas y endocrinas: anemia, hipotiroidismo, diabetes, alteraciones electrolíticas, insuficiencia renal, enfermedad hepática, enfermedad de Cushing
  • Enfermedades infecciosas: mononucleosis infecciosa, hepatitis, tuberculosis, citomegalovirus, infección por VIH, influenza (gripe), malaria y otras enfermedades infecciosas
  • Enfermedades cardiopulmonares: insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad coronaria, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, arritmias, neumonía, etc.
  • Medicamentosas: medicamentos antidepresivos, ansiolíticos, sedantes, abandono de medicamentos o drogas, antihistamínicos, esteroides, algunos medicamentos para la presión arterial y algunos antidepresivos
  • Alteraciones psiquiátricas: depresión, ansiedad, abuso de drogas y alcohol, trastornos de la alimentación (bulimia, anorexia), dolor y duelo
  • Problemas de sueño: apnea del sueño, esofagitis por reflujo, insomnio, narcolepsia, trabajo por turnos, embarazo, trabajo nocturno
  • Otros: Enfermedades crónicas o terminales, cáncer, artritis reumatoide, lupus sistémico, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, esfuerzo muscular normal, obesidad, quimioterapia y radioterapia. Niveles bajos de potasio o de sodio

Síntomas de la fatiga

  • Debilidad
  • Falta de energía
  • Agotamiento
  • Poca motivación
  • Dificultad para concentrarse
  • Dificultad para iniciar y/o terminar tareas

La presencia de algunos de estos síntomas puede ayudar a diagnosticar la causa o enfermedad de base:

  • Desmayos o pérdida de conciencia (síncope)
  • Taquicardia
  • Mareos o vértigo

Diagnóstico

El síndrome de fatiga crónica suele tener los mismos síntomas de una virosis o una gripe: cefalea, mialgias generalizadas y fatiga, pero estos síntomas se mantienen cerca de 6 meses.

El diagnóstico de síndrome de fatiga crónica debe cumplir con dos criterios:

  • Fatiga crónica severa durante al menos seis meses o más con otras condiciones médicas conocidas por el diagnóstico clínico
  • Cuatro o más de los siguientes síntomas:
    • Malestar luego de un esfuerzo
    • Deterioro de la memoria o la concentración
    • Sueño no reparador
    • Dolor muscular
    • Dolor sin enrojecimiento o hinchazón
    • Dolor de garganta
    • Dolor de cabeza

El médico puede solicitar exámenes de laboratorio de rutina y observar exámenes que han resultado alterados como:

  • Resonancia magnética del cerebro
  • Conteo de glóbulos blancos

Tratamiento

  • Terapia cognitiva-conductual
  • Ejercicio gradual
  • Alimentación saludable
  • Suplementos naturales energizantes que mejoran el sueño, la depresión y la ansiedad
  • Analgésicos y antipiréticos (no esteroideos)
  • Ansiolíticos y antidepresivos