Sexualidad Femenina
La anatomía del aparato reproductor femenino se puede dividir en dos partes: una externa y una interna.
Estructuras externas del sistema reproductor femenino
- Labios mayores: se encargan de proteger a los órganos reproductivos externos. Los labios mayores contienen glándulas sudoríparas y sebáceas. Después de la pubertad, los labios mayores se cubren de vello
- Labios menores: varían en tamaño y se encuentran justo en el interior de los labios mayores y alrededor de las aberturas de la vagina y la uretra. Se ubican en la parte anterior del clítoris
- Glándulas de Bartholin: se encuentran ubicadas al lado de la abertura vaginal y producen un líquido
- Clítoris: el clítoris es una pequeña protuberancia, muy sensible a la estimulación, que puede erectarse al igual que el pene de los hombres. El clítoris está cubierto por un pliegue de piel llamado prepucio, similar al prepucio del pene
Estructuras u órganos internos
- Vagina: la vagina es un canal que une el cuello del útero (la parte inferior del útero) con el exterior del cuerpo. También se conoce como el canal del parto
- Útero: es un órgano hueco, muscular, con forma de pera. El útero se divide en dos partes: el cuello del útero, que es la parte inferior que se abre en la vagina y el cuerpo principal del útero. El cuerpo del útero puede ampliarse y es el lugar donde se mantiene el bebé en desarrollo. Un canal a través del cuello del útero permite que salga la sangre, producto de la descamación del útero en el ciclo menstrual. De la misma manera sirve de orificio de entrada para el esperma, necesario para alcanzar la fecundación del huevo. Además, por el cuello del útero sale el bebé en el momento del parto
- Ovarios: los ovarios son dos glándulas pequeñas de forma ovalada que se encuentran a cada lado del útero. Los ovarios producen óvulos y hormonas
- Las trompas de Falopio: son tubos estrechos que se unen a la parte superior del útero y sirven como túneles de los óvulos para viajar desde los ovarios hasta el útero. La fertilización de un óvulo por un espermatozoide se produce normalmente en las trompas de Falopio. Posteriormente este óvulo fertilizado se desplaza hacia el útero y se implanta en el revestimiento de la pared uterina donde se desarrolla y crece
Funciones del sistema reproductor y sexual femenino
- Produce las células femeninas del huevo necesarias para la reproducción, llamados óvulos u ovocitos
- Transporta los óvulos al sitio de la fertilización y permite la fertilización de un óvulo por un espermatozoide, lo cual se produce normalmente en las trompas de Falopio
- Permite la implantación del óvulo fecundado en las paredes del útero, en etapas iniciales del embarazo
- Se encarga del ciclo de la menstruación (desprendimiento mensual del revestimiento interno del útero) cuando no ocurre la fertilización
- Produce las hormonas sexuales femeninas que mantienen el ciclo reproductivo y el deseo sexual
- Permite el desempeño sexual femenino que atraviesa las distintas fases de la respuesta sexual hasta alcanzar el orgasmo
- Ocasiona la menopausia, ya que lentamente va dejando de producir las hormonas femeninas necesarias para el ciclo reproductivo, lo que ocasiona una serie de síntomas como la disminución de la libido
Alteraciones de la sexualidad femenina
Los problemas en la sexualidad femenina (disfunciones sexuales femeninas) se refieren a las alteraciones que le impiden a la mujer de forma la satisfactoria la actividad sexual. La disfunción sexual es un problema común tanto en hombres como en mujeres, el 43% de las mujeres reportan algún grado de dificultad sexual. La disfunción sexual femenina puede ocurrir en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente entre los 45 y 64 años.
El ciclo de respuesta sexual tiene cuatro fases:
- Excitación
- Meseta
- Orgasmo
- Resolución
Entonces se puede decir que la disfunción sexual femenina hace referencia a problemas recurrentes en cualquier fase del ciclo de respuesta sexual, lo que ocasiona angustia y afecta la relación con la pareja.
Se pueden distinguir varias diferencias entre la disfunción sexual masculina y la femenina.
En el hombre, la disfunción sexual puede ocurrir por:
- Dificultad para alcanzar o mantener una erección o para eyacular
- Impotencia
- Eyaculación precoz
En las mujeres se distinguen alteraciones que se divide en las siguientes categorías y pueden relacionarse entre sí:
- Bajo deseo sexual: disminución o falta de libido
- Trastornos en la excitación sexual: la libido puede estar intacta, pero pueden existir dificultades para excitarse
- Trastornos en el orgasmo: Dificultad persistente o recurrente para alcanzar el orgasmo después de suficiente estimulación sexual
- Dolor durante la relación sexual: se trata del dolor asociado con la estimulación sexual o durante el contacto sexual. El vaginismo es una contracción involuntaria y dolorosa de la vagina que inhibe la penetración
Estos problemas son producto de una compleja interacción de muchos componentes fisiológicos, emocionales, experiencias, creencias, estilo de vida y tipo de relación. Si alguno de estos componentes se altera, el deseo sexual, la excitación o la satisfacción pueden verse afectados.
¿Cuáles son los síntomas de la disfunción sexual femenina?
- Ausencia o poco deseo de tener relaciones sexuales
- No lograr la excitación durante la actividad sexual, a pesar tener deseos de tener relaciones sexuales
- No experimentar el orgasmo
- Dispareunia o dolor durante el contacto sexual
¿Cuáles son las posibles causas de la disfunción sexual femenina?
Las causas pueden estar relacionadas entre sí:
- Condiciones físicas que puedan limitar o dificultar la actividad sexual: artritis, alteraciones urinarias o intestinales, cirugía pélvica, fatiga, cefaleas o trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple
- Tratamientos con algunos tipos de antidepresivos, antihipertensivos, antihistamínicos y medicamentos de quimioterapia, entre otros, pueden disminuir el deseo sexual y la capacidad para experimentar el orgasmo
- Los niveles bajos de estrógeno durante la perimenopausia, pueden conducir a cambios en los tejidos genitales y en la respuesta sexual. Los pliegues de la piel que cubren la región genital (labios mayores) se vuelven más delgados y exponen más al clítoris, lo que puede disminuir su sensibilidad o causar una sensación de hormigueo desagradable. La vagina se hace más delgada y menos elástica, sobre todo, si la mujer no se mantiene sexualmente activa. Al mismo tiempo, la vagina requiere más estimulación para relajarse y lubricarse antes del coito
- Los niveles hormonales cambian después del parto y durante la lactancia, lo que puede conducir a la sequedad vaginal y afectar el deseo de tener sexo
- La ansiedad o la depresión pueden llevar a la disfunción sexual, al igual que el estrés. Los conflictos de pareja pueden disminuir la capacidad de respuesta sexual. Las influencias culturales y religiosas y los problemas con la propia imagen corporal también pueden contribuir
- La angustia emocional puede causar disfunción sexual. Es necesario hacer frente a los problemas en la relación para que el tratamiento sea eficaz
¿Cuáles son los factores de riesgo para la disfunción sexual femenina?
- Depresión o ansiedad
- Enfermedades cardiovasculares
- Afecciones neurológicas como lesión de la médula espinal o esclerosis múltiple
- Insuficiencia hepática o renal
- Uso de algunos medicamentos como antidepresivos o fármacos contra la hipertensión
- Estrés emocional o psicológico, especialmente con respecto a la relación de pareja
- Historia de abuso sexual
¿Cómo se puede diagnosticar la disfunción sexual femenina?
- A través de la historia clínica (interrogatorio, antecedentes personales y familiares, tipo de medicamentos que utiliza y examen físico) el médico podría sospechar el problema y solicitar algunos exámenes complementarios
- En el examen pélvico y ginecológico, el médico evalúa los cambios físicos que pueden causar la disminución de placer sexual, como el adelgazamiento de los tejidos genitales, la disminución de la elasticidad de la piel, etc.
- Exámenes complementarios como:
- Hisopos de fluido vaginal para evaluar la posibilidad de una infección o desequilibrio bacteriano
- Hisopos cérvidos para detectar enfermedades transmitidas sexualmente
- Uroanálisis
- Evaluación psicológica de posibles factores contribuyentes como ansiedad, depresión, abuso sexual previo o problemas de pareja
¿Cómo se puede tratar la disfunción sexual femenina?
Como las causas de esta condición usualmente son múltiples, se recomiendan tratamientos combinados dirigidos a tratar trastornos físicos (médicos) y problemas emocionales.
Tratamientos médicos
- El médico puede cambiar los medicamentos que ocasionan efectos secundarios como alteraciones en la sexualidad
- Podrían indicarle el uso de suplementos naturales dirigidos a combatir los problemas de depresión, estrés y ansiedad
- Si padece problemas de tiroides u otras condiciones hormonales, debe recibir el tratamiento adecuado
- El médico podría indicar el uso de lubricantes vaginales para aliviar la dispareunia, la sequedad vaginal y la irritación
- Terapias hormonales que incluyen la terapia de reemplazo de estrógenos y la terapia androgénica
Tratamientos no médicos
- Terapia sexual con especialistas en el tema que lo ayuden a mejorar de la comunicación en la pareja y a tomar decisiones para mejorar la vida sexual
- El aprendizaje de técnicas para comunicarse de forma abierta y honesta con la pareja puede hacer una gran diferencia. Comuníquele a su pareja sus gustos y disgustos, proporciónele información de una manera clara y sin amenazas
- Evite el consumo excesivo de alcohol, beber demasiado disminuye la capacidad de respuesta sexual
- No fume, el cigarrillo restringe el flujo sanguíneo, disminuyendo la irrigación sanguínea hacia los órganos sexuales, así como la excitación sexual y la respuesta orgásmica
- Realizar ejercicio de forma regular puede aumentar su resistencia, mejorar su imagen corporal y elevar su autoestima
- Aprenda a relajarse y a manejar el estrés, esto mejorará la capacidad de disfrutar la experiencia sexual
- Puede utilizar suplementos naturales dirigidos a mejorar o prevenir problemas circulatorios y hormonales. Algunos productos eficaces y seguros son: L-Arginine Pro, Maca Force y Optimum Zinc
- Realice ejercicios de Kegel o de relajación para fortalecer los músculos pélvicos